miércoles, 18 de mayo de 2011

Grecia



TEMAS A TRATAR

1. Los orígenes: Creta y Micenas.

2. Las polis: organización económica, política y social.

2.1. Organización y evolución política

3. Atenas

4. Esparta





Leidy Yuliana Gómez San Juan

Maria Jose Gamarra Atencia

Bibiana Restrepo Cartagena


Universidad de Antioquia
Licenciatura en ciencias sociales


Creta y Micenas


Son dos civilizaciones que preparan el camino al mundo griego, pues van a difundir en Occidente la revolución urbana, sirviendo de enlace entre los grandes imperios y Grecia, el Próximo Oriente y el continente europeo. Ambas aparecieron con la edad de Bronce: la cultura Minoica (Creta) tuvo su época de esplendor del 2.000 a. C. al 1.450 a. C. y su centro más importante fue Cnosos. La cultura micénica con centro en Micenas tuvo su apogeo entre el 1.450 a. C. y 1.100 a. C. 






La civilización de Creta es por tanto, la más antigua y un buen ejemplo de talasocracia, ejerciendo su hegemonía sobre las costas próximas mediante un comercio basado en la exportación de artesanía (cerámica y orfebrería), alimentos e importación de materias primas.

La agricultura típica mediterránea es muy desarrollada y la sociedad es esclavista. Las diferencias económicas son el rasgo dominante para pertenecer a una u otra clase social, y así más que de nobleza hemos de hablar aquí de oligarquía comercial y artesanal.


La Polis: organización económica, política y social.




La desaparición del mundo micénico llevó a la población a una forma de vida rural; las aldeas que ocupaban un mismo valle o región geográfica se unieron, dando lugar a la formación de ciudades – estado, denominadas polis. Sus pobladores eran dorios, jonios y eolios.

En este incipiente núcleo urbano se levantaron dos espacios; en la parte más elevada, la acrópolis (ciudad alta), zona fortificada con templos, destinada al culto religioso y a proteger a los habitantes en caso de peligro; y en la parte baja, los grandes espacios públicos como santuarios, teatros, gimnasios y el àgora ("plaza"), lugar dedicado a la vida civil, institucional  y económica. La más representativa fue el àgora de Atenas. En torno a estos edificios públicos se desarrollaba una red de calles residenciales.




Organización y evolución política





En las primitivas polis, los grandes propietarios dominaban la cuidad, controlaban la justicia y vivían del trabajo de los campesinos y de los esclavos. Este sistema de gobierno, que concentra el poder sólo en los grandes propietarios, recibió el nombre de oligarquía (“gobierno de unos pocos”). 
Las colonizaciones disminuyes las diferencias económicas y crean nuevas fuentes de riqueza, no basadas  en la propiedad de la tierra, sino en los bienes obtenidos por la actividad artesanal y comercial.Se originan conflictos sociales, especialmente entre los campesinos con pequeñas propiedades y los comerciantes ricos, por un lado, y los grandes propietarios, por otro. En este ambiente aparecen líderes populares y políticos profesionales, como los tiranos y los legisladores, cuya labor contribuye a democratizar y a ampliar la participación política.
La evolución política de las polis es paralela a los cambios económicos y sociales. Surgen así dos modelos de organización de la polis, representados por Esparta y Atenas. La segunda simboliza la evolución y el progreso, y será la cuna de la democracia. Por el contrario, Esparta representa el involucionismo, el poder basado en la tierra; es decir, el régimen aristocrático tradicional.

Atenas y Esparta



Atenas, Situada en la región del Ática, fue la cuna de la democracia, sistema político que, establecido por Pericles en el siglo VI a. C., ha llegado hasta nuestros días. En él participan todos los ciudadanos varones de más de 18 años, una minoría en la Atenas de entonces.
El desarrollo del comercio y la artesanía convierte a Atenas en un importante centro económico del Mediterráneo y produce tensiones y lucha políticas. Los tiranos y legisladores (Solón, Clístenes), en el siglo VI a. C., frenan la concentración de la gran propiedad y quitan el poder a los aristócratas, permitiendo el acceso al mismo de todos los ciudadanos.






Esparta, situada en la región del Peloponeso, representa el modelo de polis aristocrática y militar, opuesta al de Atenas. El poder estaba controlado por una oligarquía de grandes propietarios, siendo la agricultura la base principal de la producción, ya que no fundó colonias marítimas, sino que conquista y somete las tierras agrícolas vecinas.
La educación espartana era colectiva y militarista estando el individuo sometido al Estado. Era una sociedad basada en grandes desigualdades: aristócratas (hombres libres), ilotas (esclavos) y periecos (habitantes de las polis vecinas sometidas).

Independencia o solidaridad y conflictos entre las polis el ideal de toda polis es la independencia, produciendo su defensa, frecuentes rivalidades entre ellas. Sin embargo, las polis mantiene lazos comunes; hablan la misma lengua, tienen santuarios comunes (Delfos), participan en los mismos ritos (Juegos Olímpicos).

La alianza de varias polis en la Liga de Delos, hace posible su victoria en las Guerras Médicas, a principios del siglo V a. C., frente a la expansión del imperio persa.
La Liga de Delos fue aprovechada por Atenas para someter a las ciudades aliadas militar y económicamente, utilizando sus aportaciones para construir una gran flota y embellecer la ciudad. Es el denominado siglo de Pericles (siglo V a. C.), el de mayor esplendor artístico de la ciudad.

Esta sumisión fue creando un cerco de envidias y odios en torno a Atenas y la formación de una serie de alianzas para disputase la hegemonía, enfrentándose en la guerras del Peloponeso, en las que no se consigue la victoria definitiva de ninguna ciudad, sino que suponen la decadencia y crisis definitivas de
las polis como forma política.
Esta situación es aprovechada por Filipo II y su hijo, Alejandro Magno, reyes de Macedonia. Conquistan Grecia y el imperio persa, en el siglo IV a. C., unificando territorialmente la polis y creando un inmenso imperio que se extiende desde Egipto, Mesopotamia y Persia hasta la India.
Aunque la mayor parte de ese territorio es conquistado por Roma en los siglos II y I a. C., hasta ese momento floreció en las tierras del imperio de Alejandro un tipo uniforme de civilización, denominada helenística, caracterizada por la difusión de lo griego en un ámbito universal, unida a un auge económico, fundación de numerosas ciudades y un gran avance del arte, la ciencia y la cultura.